viernes, 4 de octubre de 2013

Los verdades héroes.

Recuerdo cuando ibas caminando por aquellos estrechos pasillos que comunicaban nuestras habitaciones mientras pasabas tu diminuta mano por cada rincón de cada uno de ellos. Tenían un color blanco como la nieve. A ti te encantaba la nieve. Aquellos días donde nuestra única preocupación era esquivar las bolas de nieve que lanzabas con tu más inocente fuerza.

Ahora estás corriendo con la misma alegría de siempre, con la misma sonrisa de siempre. Tu carisma y tu personalidad fueron completamente una obra maestra. Eras genial, lo tenías todo, un mundo por delante. Una vida entera con millones de deseos por cumplir.

Recuerdo cuando caminabas con tus pies descalzos, bajando por las escaleras del pasillo. Una a una como tanto te gustaba a ti. Recuerdo tu pequeña risa mientras jugábamos con tus coches de carreras en la cocina antes de que nuestra madre terminara la comida.

Te quiero como ir hasta la luna y volver.

Recuerdo tus ojos azules mirando fijamente los míos intentando no soltar la más mínima sonrisa para ganar el juego. Eramos como si tuviésemos un club secreto. Te recuerdo bailando antes de entrar en la cama. Después saltabas encima mía y me despertabas entre risas. Todavía puedo sentir como me tomas la mano, cuando era tan feliz siempre que has estado aquí. Mi pequeño hombre.

No puedo olvidar aquel momento en el que te peleaste tanto contigo mismo, como si fueras un gran soldado.  Estábamos cubiertos de camillas y unas pálidas paredes rodeadas de cortinas blancas. Tú estabas tendido en la camilla después de tu gran pelea aunque tu no tuvieras la culpa. Recuerdo que en ese momento me incliné y te susurré al oído: ''Vamos cariño, vamos a volar lejos de aquí.''

Pequeño, tu fuiste mis mejores cuatro años.

Recuerdo el viaje a casa con la cegado completamente por la esperanza de que estarías bien. Pero todo acabó con llantos y gritos que decían ''¿Por qué?''

Flores amontonadas de la peor manera posible en aquel lugar donde nadie sabía que decir aunque todo se resumían en lágrimas acerca de mi pequeño guerrero que murió.

Pronto iba a ser Halloween, podrías haber hecho lo que quisieras si aún estuvieras aquí. Recuerdo el último día que te vi, cuando besé tu cara y te susurré en el oído. ''Vamos cariño, vamos a volar lejos de aquí. Lejos de esta habitación llena de cortinas y de este hospital gris. Vamos a desaparecer.'' Las lágrimas interrumpían mis palabras.

Estaba parado en tu armario observando tus diminutos chalecos con los que ibas a jugar con la nieve mientras deseaba que estuvieras aquí de nuevo conmigo y poder verte crecer como un campeón. Intentando que pase un milagro. Un milagro que sería pasar un momento contigo.

Levantaste tu pequeño brazo tan debilitado en aquella camilla de hospital mientras hacías tu última caricia sobre mí cara y me limpiabas las saladas lágrimas. Me dijiste que me esperarías en la nube más grande del cielo porque fui sus mejores cuatro años vivimos mientras me dabas una pequeña hoja. Era un gran dibujo en un pequeño folio doblado donde estamos todos juntos rodeados de nieve y con un titulo de tu más infantil caligrafía. ''Os quiero como ir hasta la luna y volver.''

''Los verdaderos héroes son los que luchan por conservar su vida mientras intentan ver felices a sus seres queridos.''

Ronan.


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